miércoles, 16 de octubre de 2013

Amargo a la vez que dulce



Desde que somos pequeños nuestras vidas van cambiando, vamos creciendo, vamos pensando de diferentes maneras, vamos apreciando el tiempo, etc... Así es como poco a poco vamos creciendo.
Durante las distintas etapas de nuestras vidas nos vamos relacionando con distintas personas y con diversos estilos de personas, pero en un momento determinado fijamos un grupo determinado de gente y esta gente es la que se convierten en tus mejores amigos durante la etapa más importante de tu vida: la adolescencia.
En un principio te crees que las amistades de la adolescencia son eternas y que pase lo que pase siempre van a estar ahí. Pasas días junto a ellos, momentos que recordaras siempre para contárselo a tus nietos, momentos en los que unos y otros os tendréis que apoyar, porque al igual que buenos momentos también existen los malos. Pasa tantas cosas con ellos que crees que serán eternos; te imaginas tomándote un café con ellos, yendo de viaje a la playa 15 días, incluso te imaginas que son tus compañeros de piso.
Pero los años de instituto van pasando y es en el último año cuando, sin saber por qué, la gente va fallando y de repente quien fue uno/a de tus mejores amigos/as es quien más te falla. Te niegas a aceptar que vuestra amistad se ha acabado. Te niegas a asumir que una de las personas por las que más has hecho te haya fallado y se haya acabado esa amistad que ha durado durante años.
A veces soy incapaz de entender como una persona con las que has pasado unos años geniales de tu vida desaparezca por completo de tu vida, porque por mucho que intentes que siga en tu vida sabes perfectamente que es imposible, porque nosotros perdonamos pero no olvidamos. 
Y así es como la vida te va enseñando la realidad, así es como te va despertando poco a poco de tu mundo de ''Peter Pan'' y te va preparando para lo que es la vida.
Por este motivo, por el sentimiento de decepción, he aprendido a que las personas vienen y van y que algunos sí se quedaran en tu vida por mucho tiempo pero que otros... otros desaparecen como la niebla que hay en una mañana de otoño y va desapareciendo a lo largo del día para dejar ver ese precioso atardecer. Aunque una amistad que se va deje un sabor amargo cuando va pasando el sabor amargo vas descubriendo ese sabor dulce que te dejan los recuerdos que te deja esa persona que se va...




No hay comentarios:

Publicar un comentario