Creo que hasta ahora siempre he sido una persona agradecida pero, creo que hay personas a las que le debo mucho y no les he agradecido todo lo que les tenía que haber agradecido.
Esta entrada se la quiero dedicar a dos amigos, los cuales se que siempre que les necesite van a estar aquí, pero en especial a uno.
Hasta hace un par de días no me había dado cuenta de que en verdad es una persona en la que me puedo apoyar y que sabe como hacer que me sienta bien.
Por algunas circunstancias vamos cambiando cosas de nuestra manera de ser, sin embargo yo llegué a un punto en el que en vez de avanzar retrocedí. De ser una persona que siempre sonreía, que siempre era optimista, que siempre apoyaba a los demás y les animaba y de ser una persona extrovertida y divertida me convertí en todo lo contrarío. No me dí cuenta de este cambio hasta que por una circunstancia lo vi claro. En cuanto me di cuenta de esto entendí que no me gustaba nada y que si cambiaba debería de ser a mejor y no a peor.
El asunto era que sabía que había cambiado y que no me gustaba pero sin embargo no hice nada por cambiarlo hasta que un día quedé con mi amigo a quien he nombrado anteriormente.
Tras quedar un par de días con él me he dado cuenta de que tengo que intentar ser quien era, con alguna mejora pero en definitiva seguir siendo como era.
Me llamarán loca pero es que resulta que puede que lo sea, ¿por qué? verán, soy una persona que no sabe lo que es la vergüenza (en el buen sentido) me encanta bailar, sobre todo por la calle, me encanta hacer locuras, chiquilladas y no me importa que la gente me mire mal porque soy como soy y se que a los que les importo les gusta y no quiere que cambie.
Todo esto lo cuento porque todo lo que me gustaba hacer, lo deje de hacer. Ese fue mi cambio. Mi amigo me volvió a enseñar quien era y entonces me reconocí y me acorde. De repente algo que no pensé que volviera a pasar pasó: volví a bailar por la calle.
¿Qué si hay que cambiar? No creo que la palabra sea cambiar sino modificar.
No se ni sabré jamás cómo agradecerle a mi amigo todo esto pero supongo que ya lo sabe y que, evidentemente, no dejo de dar gracias por tener gente tan maravillosa como él en mi vida. Gracias.
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